He aquí una postal desde el norte de África, una sutil e intensa canción de raï, un beduino del desierto que acaba de llegar a su oasis. Khaled tiene un mini-patrón blanco muy singular con una entonación morisca multiplicada sobre una base que no termina por decidirse entre el marrón y burdeos. Khaled te sonríe con unos dientes blancos deslumbrantes y te provee de una clase distinguida y una finura simplista en un solo y encantador paquete.